jueves, 10 de septiembre de 2009


No será por miedo, ni por falta de decisión equivalente. No será por errores o caídas, y mucho menos, será por desgana o falta de vitalidad. Mi sonrisa no se pierde entre los días, mis guerras no son de una noche, y muchas batallas son las perdidas, como para rendirse.
Y por tanto, aunque mi cabeza parezca ser anormalmente normal en apariencia, en realidad es lo suficientemente grande como para darse golpes con cosas que siempre están ahí… y aún así, me hacen recordar que no siempre pueden estar ahí, arrancando de mí, la sonrisa, que tal vez, muchos, son incapaces de entender.